La verdad es que cuando todo esto comienza a tomar forma, en marzo, tenemos una sensación bastante extraña, porque no sabes como encajar algo que nunca nos había ocurrido…una enfermedad para la que de no hay cura y nadie ha visto..una enfermedad que se transmite por contacto(sin saber que tipo de contacto) y del que hay personas que mueren.
Es una sensación muy muy rara…nunca la habíamos sentido, pero es verdad que nuestra mente, al menos la mía funciona bastante bien..y resume rápido..”soy joven, estoy en buena forma física y esto no me afectará” y con ese pensamiento hemos vivido o mas bien sobrevivido todo este tiempo.
Es cierto que las cifras por la tele no dejan lugar a dudas, la gente se esta muriendo de esto…nuestra gente…las personas mayores, los abuelos y personas enfermas…y en algunos casos afecta a gente sana…como tu y yo, que hacemos deporte y comemos bien, pero no estamos exentos de nada….aun asi reconozco que nunca me he sentido en peligro(llamémosle inconsciencia total).
Quizá sea porque en mi mundo de viajes siempre he tratado de ser prudente. Esta palabra me gusta…suena a anticuado pero me gusta…prudente es quien tiene cuidado y sobre todo quien esta alerta.
Cuando viajo estoy casi siempre alerta…alerta de la gente mala…alerta de que no nos roben…alerta de que no nos engañen…la verdad poco relajada pero eso no quiere decir que no disfrute…ni mucho menos, disfruto prudentemente. Y quizá por esa prudencia casi nunca me ha ocurrido nada…o mejor dicho nunca me ha ocurrido nada grave, porque ocurrir me ha ocurrido de casi todo…como a todos los que nos ha dado por viajar.
Dicho lo cual…la alerta que llevas hace que tengas un especial cuidado, es decir, el hecho de ser joven y todo eso no me ha hecho sentirme inmune o invencible, porque también muere de esto gente joven y soy consciente de ello.
En los primeros meses nos autoconvencimos(y lo hicimos muy bien) de que estar en casa era lo mejor, haciendo deporte, viendo series, cocinando(yo poco o nada) y con esa sensación de estar “bien” en casa fueron pasando los días. De vez en cuando salíamos a comprar(yo también poco) y listo, con eso teníamos que conformarnos.
Pero esa sensación de estar bien en casa se fue apagando poco a poco y fue quedándose a un lado, porque también tengo mi espíritu viajero y ese puede estar callado, pero no muerto. ¿Sabéis esa sensación de llegar a tu casa, después de un viaje duro o largo y estar literalmente rota…y poder ducharte en tu ducha y ponerte tu pijama y tumbarte en tu sofá e incluso…sentarte en tu taza? pues esa sensación también me encanta…pero claro…eso es después de un viaje…a la larga todos, nos cansamos de la moda “pijama y calcetines”..todos…
Ese espíritu en junio ya no hablaba…ya chillaba como un loco y pedía a gritos su dosis, la dosis que yo le había dado durante un montón de años.
Hicimos viajes por España con la esperanza de calmar los gritos y la necesidad y es verdad que fueron atenuados…estuvimos en la costa de Valencia y Murcia…después en Cadiz y en verano en la isla de la Palma…pero eso no es lo que quiere mi ansiedad.
Cuando llegó septiembre yo ya soñaba con viajes y con salir y poder hacer algo, pero es verdad que la cifra de muertos e infectados cada vez subía mas, con lo que sin querer creer(como me pasa muy a menudo) fui ajustándome a la asquerosa realidad de que mi mundo de viajes iba a pasar a mejor vida de nuevo.
Y aquí estoy…diciembre del 2020, ¿navidades? en casa…¿y reyes? en casa y esto no terminará aquí…porque después de navidades se prevé un nuevo brote…y digo yo..
Si yo no hago botellones, ni salgo de fiesta(que ya me gustaria ya…), ni me relaciono con mis amigos, ni toco a nadie…yo..¿porque no puedo viajar?
Supongo que la respuesta es que debo cuidarme y cuidar a los que tengo cerca pero mi desesperacion hay dias que alcanza metas increibles..
Utilizo mi imaginación para transportarme a lugares que todavía no conozco e incluso para retrotraerme a lugares en los que he estado y he vivido sensaciones que todavía están conmigo…la primera vez…un olor…un día de ruta maravilloso…un sabor nuevo…la llegada a una ciudad…esos momentos me encantan y vuelvo a ellos constantemente pero se que mi mente ansía sitios nuevos, y ahí esta el problema de mi dependencia.
En algunos momentos me siento bastante egoísta, cuando pienso en todos los que están enfermos o han perdido a alguien querido y pueden pensar de mi que soy una persona frívola o que lo que esta ocurriendo es mucho mas importante que mis viajes..y tienen razón, pero yo y solo yo, conozco lo que necesito y mueve mi vida y viajar es parte de mi desde hace mucho tiempo.
Volveremos a viajar…sin duda..pero por Dios…¡que sea pronto!
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