El norte siempre me ha parecido maravilloso, incluso cuando salimos fuera de España y podemos ver otros tonos de rojos o de verdes, o incluso otros mares…el nuestro me parece impresionante y a partes iguales entiendo a nuestros mayores que siempre nos dicen como de lejos nos vamos…pero es verdad que hay belleza cerca y lejos y este finde nos tocó(o mas bien obligadas por el bicho) nos vimos obligadas a irnos cerca.
La idea era conocer el famoso flysch que para los que no sois de la zona es esto:
Flysch de Zumaia Desde el otro lado del acantilado
Deciros para los que todavía no hayáis podido conocer la zona que la costa tanto de Vizcaya como de Guipuzcoa tienen playas y rutas espectaculares y en este caso nosotras queríamos saber mas sobre que es eso del Flysch.
Cogimos una visita que hacía parte del recorrido por tierra y parte en un barco pequeño para poder verlo también desde el mar.
La visita nos costó 20 euros y la cogimos con la oficina de turismo de Zumaya desde donde nuestra guía nos llevó primero a pie para explicarnos que es el Flysch. La palabra es de origen alemán y quiere decir resbaladizo.
Empezar diciendo que aparcar en Zumaya no es fácil ni económico y es que esta zona “pica” en algunos gastos como la zona azul o un café, y nosotras que somos vecinas lo notamos, por lo que supongo que alguien que viene del sur o de Extremadura(por ejemplo) lo notará más..pero no solo es que es caro, es que hay poco sitio, entre zona de residentes y demás..se queda limitado. Por lo tanto, consejo 1: ir con tiempo.
Pensad también que va a ser un finde en el que os vais a gastar un poco de dinero y es irremediable: si vas en coche, lo tienes que aparcar y tienes que dormir, que aunque busques algo económico un poco mas caro de la que media es, y por supuesto un café, una cervecita y como no…un pincho, o varios, espectaculares sus barras y sus pinchos, es irremediable picar.
La idea de ir de menú yo personalmente no lo contemplo, me parece que debo “aprovechar” el estar allí para poder disfrutarlo… pero es verdad que si se os hace un poco caro, pues coméis un par de pinchos y un bocata y listo…nos adaptamos.
Bueno, que me voy…al tema. Partimos desde la oficina de turismo donde se presentó nuestra guía y nos pusieron un pequeño video de lo que íbamos a visitar y después salimos en ruta andando. Un paseíto corto que nos llevó hasta el acantilado para empezar a escuchar sus primeras explicaciones sobre lo que íbamos a visitar.
…que..¿qué es el Flysch?
Son rocas de origen sedimentario compuestas alternativamente por capas duras y blandas que se originaron debido a la colisión de las placas tectónicas europeas e ibéricas esto ha formado un conjunto bastante diferente y sorprendente.
Esa es una posible definición pero visto resulta bastante mas sorprendente e incluso escuchado todavía mas interesante. En Zumaya se puede ver especialmente bien. La guía nos llevó en un paseo por los acantilados de Zumaya y por la Ermita de San Telmo hasta el puerto para coger un barquito y desde el mar poder ver las formaciones.
Es bastante interesante, la verdad, lo hemos visto toda la vida y no sabíamos que era…asi que ya nos lo han explicado y hemos aprendido algo más.
La visita merece y mucho, la pena…
A 7 minutos por la costa llegamos a Guetaria, otro pueblo costero muy chulo donde aparcar esta un pelo complicado también pero lo conseguimos gracias a la zona azul que hay hasta en las playas y una vez allí visitamos el pueblo que es cuesta arriba y cuesta abajo y es un pueblo chulo de callejuelas empedradas que van al puerto.
Habíamos reservado en un mítico, el Kaia Kaipe, ya que en una visita anterior habíamos comido en Elkano, otro de los míticos de la zona. Deciros que ambos restaurantes son el tipo de local donde valoran mucho la calidad de un buen producto a la brasa o plancha y vuelta y vuelta. Algo con lo que estamos totalmente de acuerdo, si el producto es bueno…no necesita nada.
Tanto Elkano como el Kaia se caracterizan por su asador en la puerta, donde ponen desde unas cocochas hasta cualquier tipo de pescado, siendo quizá lo mas clásico el rodaballo y el besugo.
Una vez sentadas pedimos un changurro al horno y nos ofrecieron ventresca de mero(yo nunca lo había visto)
Pedimos el clásico rodaballo, que es un pescado que nos gusta mucho, y estaba muy muy rico y una torrija de pan brioche con un helado potente de café que estaba de muerte.
La cuenta era la esperada, 220 euros, ya sabemos que la calidad se paga y en este tipo de restaurantes pagamos la materia…así es.
De la tirada nos pusimos bañador y pasamos la tarde en la playa que aunque la previsión del tiempo había dado mal tiempo, no fue tan malo…nosotras nos pudimos bañar y disfrutar de la arena y el sol.
La playa esta muy bien, poca gente y una playa amplia con bar pero sin duchas.
A la mañana siguiente nos levantamos con intención de ir recorriendo la costa hasta San Sebastián y como no, probar sus pinchos…y además yo tenia pendiente probar la tarta de queso de La Viña…asi que nos pusimos en marcha.
De camino paramos en Zarautz, un pueblo bastante señorial y famoso por ser un lugar de veraneo del norte donde tienen una playa grandísima y como en casi todo el norte lleno de surferos.
Es curioso como paseando por Zarautz puedes ver a los surferos salir de casa traje puesto y tabla en la mano y recorrer las pocas calles del pueblo que les separan hasta el mar para ir a coger las olas…no llevan nada, solo lo puesto y van y vuelven con total normalidad…esto solo lo he visto en el norte, quizá lo hagan en otras zonas pero no lo he visto nunca…
El pueblo también muy chulo y un poco mas fácil el aparcamiento y seguimos por la costa hasta San Sebastián.
Mi madre esta enamorada de esta ciudad y no me extraña, cuando voy a mi también me sorprende.
San Sebastián es una ciudad preciosa, de frente al mar le da un toque todavía mas interesante(que tendrán las ciudades con mar para los pececitos de interior como nosotras verdad?) y por si no fuera suficiente, que lo es, la gastronomía…mmmm…que locura.
Esther tiene sus amores, por lo que casi siempre vamos a un par de sitios que a ella le gustan mucho, pero es verdad que esta vez además de los clásicos innovo con un par de ellos que habíamos visto en un reportaje pero que no nos sorprendieron especialmente.
Teníamos muchas ganas de probar porque nunca habíamos coincidido con el bar abierto en el A fuego negro, pero esta vez no nos gustó. Nos parece caro y cuando digo caro quiero decir caro relación calidad precio, porque vamos a ver..si te comes una cigala fresca, pues barata no va a ser pero digo caro porque el producto o no nos gusta o no esta muy bien elaborado y en proporción a lo que comes nos parece caro.
Y terminamos después de 5 pruebas en La cuchara de San Telmo que a Esther le gusta especialmente y siempre que nos comemos algo allí pensamos que debemos probar cosas nuevas(yo a veces pienso que es enfermizo)
Terminamos en La Viña, donde yo quería probar la tarta de queso.

Allí además os hicimos un catacardos para que vierais la tarta(podeis verlo en nuestro especial de Instagram)que esta muy buena pero para mi gusto podría estar menos hecha. Es verdad que yo soy de las de la tarta fundente…así que quizá sea cosa mía…estaba buena, si, mejorable, también.
Dicho lo cual volvimos todo el camino de vuelta a casa dándole a la chapa a Esther sobre como podemos hacer la tarta mas fundente…le doy mucha guerra(más bien como la puede hacer ELLA más fundente porque yo con comer ya lo tengo todo)
Y aquí termina un finde gastronómico donde como siempre hacemos, o al menos lo intentamos viajamos y comemos bien.
De vuelta también hablamos de nuestro próximo destino, y es que esto de vivir es un no parar….
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