En primavera del 2016 vimos una oferta que nos pareció maravillosa, ya que una empresa que se quería dar a conocer sacó plazas en un velero alquilado por camarotes para recorrer Formentera e Ibiza desde un velero saliendo de Denía.
La verdad no sabía que existiría ese tipo de viajes..yo pensaba que los veleros se alquilaban completos, pero nos pareció una gran idea.
un pensamiento…
-No pensamos en que tipo de personas nos encontraríamos..no
-No pensamos si la gente seria agradable o no
-No pensamos si nos agobiaríamos en un espacio pequeño
-No pensamos en la comida que nos darían..
Resumen: que no pensamos y salió muy bien(pero podía haber salido muy mal…)
Llegamos a Denia en coche desde casa y llegamos a media tarde. Nos dijeron que el capitan y cocinero tenían que ir a hacer la compra, asi que podríamos cenar y encontrarnos en el barco.
Nos dijeron…cenar ligero…y Esther y yo nos metimos un arroz..vamos que estamos en Denía…
Salimos a eso de las 22.00 y nos asignaron un camarote a cada pareja, éramos una pareja de chicos jóvenes, una pareja mas madurita de Cordoba, una chica que viajaba sola y nosotras, además del capitán y cocinero.
La travesía de ida fue una barbaridad…de mala. Tuvimos mala mar y yo eche el arroz y todo lo demás, a pesar de las pastillas del mareo pasamos mala noche, y dormimos poco o nada. Esther por supuesto no se mareó, ella nunca se marea en nada y yo me mareo en todo.
A la llegada charlamos un poco sobre como funcionaba la vida en el barco y nos sorprendió las palabras del capitán …aquí vosotros sois los que mandais..siempre que estéis de acuerdo.
Me parece una norma muy buena…y la verdad es que empezamos a movernos siempre a vela por diferentes partes de Formentera, fondeando donde el capitan nos indicaba que podíamos disfrutar mas…y ahí empezó nuestra vida de pesesitos.
Fue una semana de pescaditos, pececitos y snorkel, donde disfrutamos mucho del mar, quizá donde yo he disfrutado mas junto con el buceo.
Cada día se repetía el ritual…levantarnos oyendo el trasteo de nuestro cocinero en la mini cocina. Disfrutar del primer baño en soledad…espectacular. Subir a desayunar y tener un zumito natural, tus frutas, cereales o huevos con lo que tu quisieras y tu café…y empezar el dia mecidas por el mar, con una charla muy agradable, sin pensar en nada…no hay nada en que pensar…tu único pensamiento era que bikini te debías poner…y solo tenias dos…
Después de nuevo al baño, snorkel o juegos en el agua…todo con la sensación de que el mundo es perfecto..y no hay nada más….y asi trascurre el dia hasta la hora de comer, donde Pau, nos dice, “chicos…que quereis de vermout??”
Puede existir algo mas relajante, desestresante….comer, y cada uno a lo que quiere…siesta..buceo..sol en proa o sombra en popa.
Y si quereis podemos hablar de las puestas de sol…
Durante estos dias bajamos poco o casi nada a tierra, pero era curiosa nuestra sensación. En tierra teníamos calor, nos agobiaba la gente, nos parecía que había demasiado de todo…y además siempre íbamos juntos..como si acostumbrados a estar pegados en el barco, el hecho de ir separados nos costará.
Recuerdo haber bajado a tierra en un par de ocasiones y no tardar mucho en volver..en tierra teníamos “mal de tierra”, nos mareabamos y no estábamos a gusto…extraña la sensación para alguien que nunca ha navegado, verdad?
Esas aguas… La sonrisa lo dice todo..
Tuvimos suerte con el resto de la tripulación, mucha suerte con el Capitan y mucha también con el cocinero..y nos salió un viaje redondo que podía haber sido un total desastre.
Ese viaje nos dejó marcadas pero no solo a nosotras…hemos hablado después entre nosotros de este viaje y a todos nos dejo mella…y es que ese viaje fue muy especial.
Lo recomendamos mucho..si os va la naturaleza, los bichos y disfrutar…ese es un viaje redondo.
Todavía algunos de nosotros miran al mar y dicen “mi velero….”
A otros nos quedaron otras secuelas…

Cada loco con su tema….
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